30 de marzo de 2012




Cuantas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento, hasta un año de nuestras vidas a borrarlo todo y vaciar nuestra memoria. Cuantas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo
regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con lágrimas y un largo adiós. Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y plegarnos por ejemplo a la frase "comenzar de nuevo" ¿cuántas cosas no perderíamos? serían como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez. Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos más cálidos, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más hermoso, la sonrisa más esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro. ¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de bellos recuerdos? dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades por soñar con un futuro perfecto que no existe o un pedazo de cielo donde no sabemos que nos espera. ¿Vale realmente la pena perder la memoria?



28 de marzo de 2012

Empezar de cero.

No necesito a nadie en mi vida que no quiera estar ahí

Me.

Me gusta la espuma del mar, me gustan las estrellas fugaces, me gusta dormir, y soñar. Me gusta soplar el diente de león y verlo desaparecer por la brisa, me gusta el cielo, y la sensación de calor cuando me da el sol en la cara, también me gusta la brisa, y el sonido de las olas, adoro las tormentas de verano y me gusta bailar bajo la lluvia...
Me gusta el chocolate y el algodón de azúcar, me gusta que me digan te quiero y que sea de verdad. Me encantan las cascadas y los precipicios, esa sensación de vértigo al estar en un sitio muy alto. Me gusta viajar, me gusta mucho viajar y hacer fotografías a todo lo que me gusta.
Me gustan las caricias y los abrazos, que me retiren el pelo, me gustan las sonrisas, y las horas interminables hablando. Me gusta romper el papel por las líneas de puntos, chupar el Cola Cao que se queda pegado en la cuchara. Me gusta acercar la cara a los ventiladores y gritar, me gusta correr, sentirme libre. Me gusta explotar burbujas, y que suenen como una tormenta. Me gusta reír, reír a carcajadas sin saber porque, me gusta el color rosa y el azul, y el verde y el amarillo y el violeta. Me gustan todos los colores, pero sobre todo el de tus ojos. Me gusta coger la nata con el dedo, y la gente que escribe en cualquier sitio, en servilletas, cuadernos, manos, paredes…
Me encanta leer, y evadirme de mi realidad durante muchas horas. Me gustan los cuentos, los que acaban bien. Y también los que no. Me gustan los corazones dibujados en los árboles, y el olor a primavera, y a gasolina, y a pintura, y a papel. Me gusta el olor de muchas comidas, y el de las personas. También el olor a lluvia, y a tierra mojada, me gusta el sonido de la lluvia y de las tormentas. Me gustan los recuerdos, los bonitos y los tristes, y esa nostalgia con la que entran en mi cabeza.
Me gusta la gente que se besa por la calle, me gustan los atardeceres, y ver amanecer. Me gustan los vestidos, y los zapatos de tacón, y las gafas de sol…Adoro comprar, amo los pendientes, anillos y collares. También abrir un libro, y ver fotografías viejas, o entradas de cine. Me gustan las cosas pequeñas, y los detalles. No me gustan las marcas, pero sí las señales. Me gusta ser niña, y adulta a la vez. No me gusta crecer, ni tomar decisiones. Me encanta el silencio, y la música. Me gustan las cosas modernas, pero también lo clásico y antiguo.

Me gustan las noches, ver la luna desde el jardín, y las películas de amor. Me gusta pasar alguna noche entera sin dormir, y dormir sin desvelarme. Me gusta reír hasta llorar, llorar de felicidad, y reír sin poder parar. Me gusta sentirme querida y sentir que le importo a alguien. Me gusta que la gente me aprecie como soy y me cuiden. Me gusta expresar mis emociones escribiendo, y emocionarme expresándolo. Pero sobre todo, me gusta ser yo, tal como soy ni atrevida, ni decidida, sencilla y tal vez cobarde, ilusa y demasiado frágil, alegre y simple. Pero yo.